lunes, 14 de mayo de 2012

El poder de la mente (capítulo 1)

Aquí dejo el primer capítulo del libro del libro Autoayuda. El libro lo puedes encontrar en Amazon. Aquí escribí hace unos días un post.

El 3 de abril del año 2002 María de los Ángeles Verón, una joven tucumana de 23 años madre de una hija de  tres, se dirigía a su consulta médica cuando fue secues trada en plena calle por una banda criminal y más tarde obligada a prostituirse en una red de explotación sexual. Actualmente, está en paradero desconocido. 

Su madre, Susana Trimarco, apodada por los medios como madre coraje, desde un inmenso dolor, se puso a Investigar y descubrió el mundo de las redes de trata de mujeres en la Argentina, luego organizó manifestaciones, se infiltró en las redes, sufrió amenazas e intentos de asesinato y consiguió que el asunto tuviera alcance internacional. 

Ahora esta mujer ha conseguido sentar en el banquillo a 13 imputados, mafiosos de las bandas criminales que raptan y prostituyen a jóvenes mediante métodos brutales y en muchos casos cometiendo asesinatos de forma impune o en complicidad con la policía. Aunque el dolor de esta valiente mujer no ha desaparecido ya que su hija aún no ha sido encontrada, el trabajo que ha desempeñado Susana Trimarco ha ayudado a liberar a más de seiscientas mujeres de las redes de prostitución en la Argentina. Ojalá encuentre a su hija pronto. 

Creo que podemos estar de acuerdo en que vivimos en un mundo convulso lleno de tensiones y amenazas. Hoy en día mucha gente ve peligrar su felicidad personal por factores que no están ni remotamente bajo su control. Hay guerras y violencia extrema en muchas partes del mundo, hambrunas, corrupción, crimen y desastres naturales que hacen que la vida de muchas personas sea una auténtica pesadilla.  Por si eso fuera poco, somos víctimas de nuestra propia biología. En cualquier momento podemos perder la salud incluso siendo jóvenes. Nuestro equilibrio es sumamente frágil y nadie está libre de contraer una enfermedad, morir repentinamente o sufrir algún tipo de accidente por muy buena salud que se tenga en un momento dado.  

Además, las posibilidades de encontrar un empleo digno en los países mal llamados “desarrollados” parece cada vez más remota por la propia evolución de la economía y de las estructuras de poder y no digamos en los países con economías subdesarrolladas en donde los dirigentes pasan a ser directamente gánsters. Con todo eso, las ilusiones de millones de personas se ven frustradas y reconducidas muchas veces a objetivos de mera supervivencia.  La vida en general siempre ha tenido riesgos y ha sido peligrosa en cualquier época de la historia y el siglo XXI no es una excepción. Lo que ocurre ahora es que el mundo es mucho más complejo que antes y quizás más injusto. 

Tal vez menos brutal en algunos aspectos, pero por esa misma razón más injusto. Las desigualdades sociales en la renta per cápita, lejos de disminuir como podría suponerse han ido acrecentándose a niveles vergonzosos en las sociedades más ricas del mundo. La bolsa de pobreza existente en países como España, Estados Unidos, Reino Unido o Francia es en sí misma un estandarte del fracaso de nuestra civilización. Las cifras son apabullantes. ¡Sólo en Europa hay 23 millones de parados y una bolsa de 80 millones de pobres! Si nos fijamos en países muy próximos a nosotros como Grecia, la antigua cuna de la civilización moderna y la madre del pensamiento filosófico, los datos son desoladores. Nuestros hermanos griegos cada vez atraviesan mayores dificultades económicas y no parece que haya una solución cerca que satisfaga a los propios griegos.  Cuando la civilización tiene el mayor caudal de conocimiento de la historia resulta que es cuando mayores desigualdades se generan de forma irracional y contraria a lo que sería lógico esperar en la evolución de la historia. 

Además, la esperanza de vida en el mundo ha experimentado un aumento sin precedentes en los últimos 100 años. La mayoría de los países del mundo superan el límite de los 70 años y muchos otros países como Islandia, Nueva Zelanda, Italia, Israel, Suiza, España, Australia, Canadá, Japón o Francia superan el límite de los 80 años. Vivimos mucho más tiempo que antes y lo que podría ser una gran ventaja para la civilización puede convertirse en una amenaza al no disponer de recursos ni de un sistema sanitario en condiciones para atender a toda esta nueva población. 

Con todo este panorama como telón de fondo podríamos esperar una sociedad desencantada e hipercrítica y sin embargo no es así. La población se ha vuelto pasiva y desganada con escasa seguridad en sus propias capacidades. Es como si de pronto hubiéramos perdido cualquier atisbo de control. No hay apenas participación democrática salvo raras excepciones. Ni siquiera cuando nos están quitando nuestros derechos más básicos como es la seguridad, la educación y la salud. Sólo una minoría, que no es suficiente, parece dispuesta a hacer algo por sus vidas, pero el resto calla y otorga y se dedica a discutir qué jugador de fútbol es mejor.  

Podría parecer que cada vez se extiende más la creencia de que no se puede hacer nada, mientras que hay mucha gente que opta por soluciones más drásticas. El suicidio se ha convertido, por ejemplo en España, en la primera causa de muerte no natural. Por raro que parezca somos más capaces de controlar los accidentes de tráfico que los suicidios.  A nivel mundial tanto la OMS como la ONU han constatado que los suicidios superan a las muertes provocadas por homicidios y guerras. Un hecho que si lo analizamos fríamente da mucho que pensar.

Por otro lado, podríamos esperar que nuestros representantes políticos y democráticos hicieran algo por nosotros. Podríamos suponer que hay líderes que se preocupan con honradez de que la gente viva bien, los niños crezcan en entornos más seguros y prósperos, las familias tengan más derechos en seguridad, educación, sanidad y vivienda, haya trabajo o al menos proyectos honrados que intenten crear empleo y existan oportunidades que generen entornos de mayor felicidad y distribución de la riqueza. 

Pero es justamente lo contrario. Los políticos se han vuelto los enemigos de la gente corriente y, salvo honrosas excepciones, el común de la clase política lucha por oscuros e incomprensibles intereses financieros, los llamados mercados, bancos o grupos de presión, del estilo de Goldman Sachs, bajo los cuales hay un intrincado laberinto de intereses económicos que casi nadie logra comprender (por ejemplo el mercado de materias primas), pero que finalmente no benefician a la clase media. Y no sólo conformes con eso, los políticos, sean del signo que sean, hacen una cosa y nos dicen lo contrario como si fuéramos estúpidos ignorantes incapaces de entender lo que ocurre. Nos tiran piedras a la cabeza y nos dicen que está lloviendo.  

Si analizamos con objetividad los resultados, la gestión que han realizado los políticos en la última década ha llevado a Europa, a Estados Unidos, a Argentina y a otros muchos países al borde de la quiebra. ¿Y pagan por ese error? En absoluto, todo lo contrario, se condecoran con honores y salvas como si nada hubiera pasado.  Muchos analistas, como por ejemplo el escritor Matt Taibbi, coinciden en que el Estado se ha convertido en un perrito faldero para los grandes grupos financieros (Bear Stearns, Lehman Brothers en su momento, Bank of America, Merril Lynch, JP Morgan, etc) y al mismo tiempo en un endiablado ogro de siete cabezas capaz de arruinar tu vida, la política del doble rasero.  

Además de todos los conflictos que la política acarrea cada día, muchas veces centrada en desprestigiar al rival político, recibimos toneladas de información diciéndonos cómo son las cosas o cómo deberían de ser, anulando en cierta forma nuestra capacidad de pensamiento crítico, convirtiéndonos en títeres pasivos, en meros receptores de la información, en marionetas de una gigantesca maquinaria económica, adiestrándonos para una realidad que tiene que ser digerida de forma controlada.  

Ya no es un misterio que los principales grupos económicos son a su vez dueños y señores de grandes imperios mediáticos que pueden controlar a su antojo.  La prensa, la televisión y la radio, es decir, los medios de comunicación tradicionales, están en manos de grandes imperios mediáticos que luchan por el poder económico. Algunos ejemplos son Time Warner, Bertelsmann, News Corporation, Televisa, Cisneros, Grupo Disney, Microsoft, Grupo Prisa, y un largo etcétera con mayor o menor dimensión e influencia como podrá comprobarse.  

Estos gigantescos medios cuentan con un poder enorme a la hora de manipular la realidad en el sentido que deseen. Por otro lado, internet y todos los flujos de información que genera tal vez permitan una mayor libertad de expresión que, por el momento, sólo las grandes dictaduras han logrado con éxito parcial controlar. Es frecuente que en China o Cuba se cierren blogs disidentes.  Por ejemplo en China en el momento de escribir este capítulo se acaban de cerrar dos de las mayores redes sociales del país, Sina Weibo y QQ, a la posibilidad de escribir comentarios debido a los rumores de golpe de estado que han enfurecido al Gobierno Chino. También se han detenido a seis personas y cerrado 16 sitios web. La difusión de rumores en internet es severamente castigada por la ley en China.  

Mientras, en Cuba, los blogueros lo suelen tener muy difícil. Afrontan a diario numerosos obstáculos legales, técnicos y económicos. La ley impide a la mayoría de los cubanos conectarse a internet. Una disposición de 2003 permite el acceso individual a personas con Pesos Convertibles Cubanos y gracias a los accesos por hoteles y otros medios, se mantienen algunos blogs disidentes con el régimen de Castro.
El poder tradicional nunca ha sido muy amigo de la libertad de expresión. Las compañías con poder comercial siempre tratarán de generar entornos legales que satisfagan su apetito de dinero.  

Durante los últimos años han aparecido una serie de complejas leyes, que bajo la excusa de los derechos de autor, tratan de limitar y controlar internet como si se tratara de un medio tradicional. Son las ya conocidas leyes SOPA y PIPA.  El grado de manipulación informativa ha llegado a tales extremos que dejan a la altura del betún las fantasías más paranoicas de la ciencia ficción.

Es como si los medios quisieran sustituir nuestro pensamiento etiquetando la realidad y concentrando la atención en determinados aspectos, hablándonos durante miles de horas de acontecimientos deportivos, de ratios económicos falsos, de vidas de fmosos o de declaraciones de personajes absurdos que no tienen ninguna influencia real en nuestras vidas, pero que sin embargo, nos los presentan como si fueran hechos de vital importancia para nuestro futuro a los que debemos prestar la máxima atención.  

Por ejemplo el tiempo dedicado a cubrir la información deportiva, especialmente el fútbol, junto a las declaraciones que hacen los entrenadores y los distintos jugadores en los espacios informativos, suele ser de varios minutos cada día en la franja de emisión de mayor audiencia. La mayoría de las veces son comentarios absolutamente triviales e inútiles. ¿Se justifica tanta atención mediática sobre aspectos tan poco relevantes para el bien común?  

Una y otra vez, los medios nos muestran la evolución de las personas que tienen vidas de ensueño, llenas de dinero, lujosas mansiones, belleza y éxito. Los espectadores, la masa desbordada por su propia inacción frustrante, siguen todas esas vidas como si no les quedara otro remedio que vivir la existencia de unos pocos afortunados de forma virtual para así alejarse de su miserable realidad. Y funciona.  
Los programas basura y los reality shows en todas sus vertientes lejos de encontrarse en crisis siguen triunfando y ocupando una buena parte de la parrilla de las diferentes televisiones ya sea por los medios tradicionales o por internet.  

Las nuevas generaciones, especialmente las que tienen menos educación y son menos críticas, caen de inmediato en la órbita de estos programas fáciles dedicando miles de horas a observar contenidos de baja calidad.  Es el entretenimiento fácil y barato que genera grandes ingresos a las cadenas en función de su éxito. Espacios inútiles con los que ocupar la mente de miles de personas cuya capacidad crítica y de pensamiento autónomo se ve progresivamente sustituida por eslóganes y comportamientos tipificados y chabacanos. Comida basura para la mente, pero un gran negocio para unos pocos.  

Y mientras todo esto ocurre la psicología, desde una torre aislada de la realidad, se ha dedicado a ofrecer ayudas muchas veces ignorando el entorno, como si el control de las emociones no tuviera ninguna relación con las circunstancias en donde uno está inmerso.  Así, durante los años 70 y 80 aparecieron varias corrientes psicológicas, todas ellas muy bien intencionadas, cuyo principal axioma era que si uno podía controlar sus emociones, su pensamiento y su voluntad, prácticamente lo podía todo. Era el poder de la mente.  Surgió de esta forma el punto de vista de que la felicidad reside en la forma individual, en nuestra mente. Si yo era capaz de cambiar mi forma de pensar podía cambiarlo prácticamente todo y ser feliz y alcanzar las metas que me propusiese.  

No importa lo que ocurriera en la sociedad ni en mi hábitat más inmediato. Por no importar no importaba ni siquiera el entorno laboral siempre y cuando yo me encerrara en mi casa después y tuviera un poco de control sobre mí mismo.  Así surgieron multitud de enfoques, metodologías y prácticas que poco a poco se fueron allanando y haciéndose populares gracias a la multitud de libros de autoayuda que surgieron entonces.  Libros como Tus zonas erróneas, Piense y hágase rico, El poder del ahora, Usted puede sanar su vida, Poder sin límites, El monje que vendió su Ferrari, y un largo etcétera, pronto se convirtieron en auténticos best-sellers por derecho propio.  

Curiosamente, y a excepción de algunos títulos, todos estos libros solían aparecer en un determinado país. Precisamente el país que más apostaba por el éxito individual alejado del entorno y de la sociedad. El país capitalista por excelencia en donde el individuo es el rey. El país de la libertad y de la lucha por los derechos sociales. El país en donde todo el mundo quiere ser multimillonario. El país que originó la gran crisis de las hipotecas sub-prime. El país que actualmente está destruyendo a la clase media a pasos agigantados.
Los Estados Unidos de América. 
¿Era sólo casualidad? 

domingo, 13 de mayo de 2012

Hay alternativas


Me llega hoy a través de una amiga (gracias M.) un libro llamado "Hay alternativas" que pongo gratis a vuestra disposición con el ánimo de difundirlo. Desde aquí un saludo a los lectores de México, Rusia y de los de Estados Unidos que tan fielmente siguen este blog, demostrando una vez más que no hay fronteras independientemente de países, sistemas e ideologías. Os dejo aquí la nota de los editores y el libro para que lo podáis leer. Es una lectura muy interesante, especialmente ahora en el ANIVERSARIO DEL 15M

NOTA DE LOS AUTORES

Hace un par de meses, la Editorial Aguilar, mostró su interés por publicar nuestro libro HAY ALTERNATIVAS. Propuestas para crear empleo y bienestar en España, quenos prologó Noam Chomsky.


Cuando ya se había concretado como fecha de publicación el libro el 19 de octubre y se había comenzado su promoción en la web de Aguilar y en librerías, los editores nos comunicaron que la empresa deseaba retrasarla sin otra explicación de por medio, lo que nos obligó lamentablemente a desestimar su publicación en esa editorial. Se confirmaba así lo difícil que resulta difundir en España, en los momentos en que son más necesarias que nunca -como ahora en periodo pre-electoral-, ideas alternativas al pensamiento único que predomina en el debate político y social.

Para solventar esta situación hemos optado por ofrecer nuestra obra gratuitamente en formato pdf a través de la red y en una nueva edición impresa en Edicione Sequitur que, con la colaboración de ATTAC España, se ha arriesgado a publicar rápidamente este libro que estará en librerías al precio de 10 euros a partir del 31 de octubre.

Tenemos la firme convicción de que solo haciendo que la ciudadanía sepa lo que de verdad está sucediendo en nuestra economía y divulgando las alternativas que
existen a esta aguda crisis del capitalismo podremos salir de ella con más empleo y bienestar social, como demostramos en este libro.


Por eso llamamos a divulgar esta versión en pdf, a estudiarla y difundir sus propuestas y pedimos a todos los lectores que se conviertan ellos y ellas mismas en distribuidores del libro una vez que se encuentre impreso. 


Contra la censura de los grandes oligopolios y el pensamiento único que imponen los poderes económicos, financieros y mediáticos defendamos la pluralidad y la libertad de pensamiento conociendo y difundiendo el pensamiento crítico.


Puedes descargar el libro gratuitamente aquí o en
Web de Vicenç Navarro
Web de Alberto Garzón
Web de ATTAC España
Web de Editorial Sequitur


Nota de IDP: La editorial Aguilar forma parte, junto con Alfaguara, Altea,
El País-Aguilar, Santillana y Taurus, entre otras, del Grupo Santillana,
perteneciente, a su vez, al holding PRISA. Los accionistas mayoritarios de PRISA
son la familia Polanco (35,016% de las acciones) y, desde mediados del año pasado, un fondo de inversión norteamericano, la Liberty Acquisition Holdings Corp.
(57,7% de las acciones). Este hedge fund agrupa a más de 70 grandes inversores,
entre los que figuran GLG, Taurus, Glenhill, Millenium, T Rowe Price, First Eagle, Soros Fund, Fortress, Teachers Advisors, Canada Pension Plan y los bancos Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank y Morgan Stanley.


Os pedimos a tod@s vuestra colaboración para demostrar a quienes han intentado
silenciar este texto que su tiempo se está terminando: difundid todo lo posible el pdf. La ocultación de alternativas en los falsimedia convencionales es ya más que indignante. La ciudadanía toda tiene que luchar para que algún día se les puedan exigir responsabilidades. El silencio o la manipulación están tratando de tapar estafas, saqueos, asesinatos… Cuando lo que se ocultan son crímenes, el silencio también es criminal. Los medios de desinformación se han convertido hace ya tiempo en cómplices de la barbarie.


Rocio Gonzalez Pincha aquí para descargar el libro en pdf

Física Cuántica


Por William Arntz, Betsy Chasse, Mark Vicente
"Creo que puedo decir con seguridad que nadie entiende la física cuántica"
RICHARD FEYNMANN
Galardonado con el Premio Nobel de Física en 1965 por sus investigaciones sobre electrodinámica cuántica.
"Aquel que no se asombra cuando se encuentra por primera vez con la teoría cuántica es que posiblemente no se ha enterado de nada."
Niels Bohr,
galardonado con el Premio Nobel de Física en 1922 por su trabajo sobre la estructura del átomo.

Creo que en los próximos años nos vamos a llevar muchas sorpresas con el desarrollo tecnológico en diversos campos. La física cuántica creo que va a ser un terreno en donde se descubran fenómenos sorprendentes. De hecho es un área tremendamente complicado. Reproduzco aquí un artículo que puede servir de introducción.

Si gente como los ganadores del Premio Nobel no entienden la teoría cuántica, entonces ¿qué esperanza nos queda? ¿Qué se hace cuando la realidad llama a tu puerta y te dice cosas que te confunden, te desconciertan y te dejan perplejo? Tu forma de reaccionar, de actuar en la vida, y las opciones que te planteas dicen mucho de ti, pero ése es un misterio que trataremos en otro capítulo. Ahora, de momento, charlemos sobre electrones, fotones y quarks, y de cómo algo (¡y si es que se trata de algo!) tan diminuto puede ser tan insondable y hacer pedazos nuestro mundo tan bien ordenado y comprensible.

Lo conocido se encuentra con lo desconocido 
La física clásica de Newton se fundamentaba en observaciones relativas a objetos cotidianos, desde la caída de una manzana a planetas en órbita. Sus leyes se sometían constantemente a examen, se probaban y se difundieron durante cientos de años. Pero a finales del siglo XIX, cuando los físicos comenzaron a crear herramientas para investigar los diminutos campos de la materia, descubrieron algo que les dejó atónitos: ¡la física de Newton no funcionaba! 

A lo largo de los siguientes cien años se fue creando una descripción científica completamente nueva para explicar el mundo de lo diminuto. Ese nuevo saber, conocido como mecánica cuántica o física cuántica (o simplemente teoría cuántica), no viene a reemplazar la física de Newton, que aún funciona muy bien para explicar los objetos grandes, macroscópicos. La nueva física, en cambio, se inventó para llegar, valientemente, donde la física de Newton no pudo llegar: al mundo subatómico.

"El universo es muy extraño -dice Stuart Hameroff--. Al parecer existen dos grupos de leyes que rigen el universo. En nuestro mundo clásico de cada día, entendiéndolo más o menos a nuestro tamaño y escala de tiempo, las cosas se explican según las leyes del movimiento de Newton, elaboradas cientos de años atrás... Sin embargo, cuando llegamos a una escala más reducida, al nivel de los átomos, aparece un conjunto de leyes diferente. Son las leyes cuánticas".

¿Hecho o ficción?
Lo que la teoría cuántica ha revelado nos deja tan pasmados que suena a ciencia ficción: las partículas pueden estar en dos o más lugares a la vez. (Un experimento muy reciente demostró que una partícula podía estar ¡hasta en 3.000 lugares distintos!). El mismo "objeto" puede parecer una partícula localizable en un lugar, o una onda extendida en el espacio y el tiempo. D hecho ya se están haciendo máquinas que demuestran la teoría cuántica. 

Einstein dijo que nada puede viajar más rápido que la velocidad de la luz, pero la física cuántica ha demostrado que las partículas subatómicas se comunican al parecer instantáneamente, sea cual sea la extensión del espacio.

La física clásica era determinista: dado un conjunto cualquiera de condiciones de un objeto (tales como la posición y la velocidad), se puede determinar con seguridad adonde va. La física cuántica es probabilista: nunca se puede saber con seguridad absoluta en qué se convertirá una cosa en concreto.

La física clásica era reduccionista. Se basaba en la premisa de que sólo si se conocen las distintas partes, se podrá finalmente entender el todo. La nueva física es más orgánica y holística; pinta una imagen del universo como un todo unificado, cuyas partes están interconectadas e influyen unas sobre otras.

Lo que quizá sea más importante es que la física cuántica ha borrado la tajante división cartesiana entre sujeto y objeto, entre observador y observado, que ha dominado la ciencia durante cuatrocientos años.

En física cuántica, el observador influye en el objeto observado. No existen los observadores aislados del universo mecánico, sino que todo participa en el universo.

Perplejidad 1: espacio vacío
Una de las primeras grietas en la estructura de la física newtoniana fue el descubrimiento de que los átomos, los pilares del universo físico, supuestamente sólidos, estaban formados en su mayor parte por un espacio vacío. ¿Cómo de vacío? Si utilizamos una pelota de baloncesto para representar el núcleo de un átomo de hidrógeno, el electrón que lo circunda estaría a unos 32 kilómetros de distancia y el espacio intermedio entre ambos estaría vacío. Así pues, cuando mires a tu alrededor recuerda que lo que hay realmente son puntitos diminutos de materia rodeados de nada.

Bueno, en realidad no es así. Ese supuesto "vacío" no está vacío del todo; contiene cantidades enormes de energía, poderosa y compleja. Sabemos que la energía se incrementa a medida que nos adentramos en niveles de materia más sutiles (la energía nuclear es un millón de veces más poderosa que la energía química, por ejemplo). Los científicos dicen ahora que hay más energía en un centímetro cúbico de espacio vacío (el tamaño de una canica, más o menos) que en toda la materia del universo conocido. Aunque los científicos no han conseguido medirla directamente, sí han visto los efectos de ese mar inmenso de energía.

* (Para obtener más información sobre este punto, consultar las "Fuerzas Van der waals" y el "Efecto Casimir").

Perplejidad 2: ¿partícula, onda u ondícula?
No sólo hay "espacio" entre las partículas, sino que, cuando los científicos han investigado el átomo más detenidamente, han descubierto que las partículas subatómicas (los componentes del átomo) tampoco son sólidas. Al parecer, tienen una naturaleza dual. Dependiendo de cómo las miremos, pueden comportarse como partículas o como ondas. Las partículas se pueden describir como objetos sólidos e independientes, que ocupan un lugar específico en el espacio. Las ondas, por el contrario, ni están localizadas ni son sólidas, sino que están extendidas, como las ondas sonoras o las olas en el agua.

En cuanto ondas, los electrones o los fotones (partículas lumínicas) no ocupan una posición precisa, sino que existen como "campos de probabilidades". Y en cuanto partículas, el campo de probabilidades se "desintegra" y da paso a un objeto sólido localizable en un tiempo y un lugar específicos.

Sorprendentemente, lo que parece marcar la diferencia es la observación o la medición. Sin ser medidos ni observados, los electrones se comportan como ondas, pero en cuanto se someten a observación en un experimento, "dan paso" a una partícula que puede ser localizada.

¿Cómo es posible que algo pueda ser a la vez una partícula sólida y una onda blanda y fluida? Quizá podamos resolver la paradoja si recordamos lo que dijimos antes: las partículas se comportan como una onda o como una partícula. La "onda" es sólo una analogía y la "partícula" es otra analogía tomada de nuestro mundo cotidiano. Erwin Schródinger dio consistencia al concepto de onda en la teoría cuántica, con su famosa "ecuación de ondas", que calcula matemáticamente las probabilidades de onda que tiene la partícula antes de ser observada.

Los científicos no saben realmente con qué RAYOS están tratando, pero, sea lo que sea, nunca han visto algo parecido. Algunos físicos han decidido llamar a este fenómeno "ondícula".

Perplejidad 3: saltos cuánticos y probabilidad
Al estudiar el átomo, los científicos descubrieron que cuando los electrones se mueven de órbita en órbita alrededor del núcleo, no se mueven por el espacio como lo hacen los objetos ordinarios, sino que se mueven instantáneamente. Es decir, desaparecen de un lugar, de una órbita, y aparecen en otra, lo cual se conoce como salto cuántico.

Por si esto no rompiera ya suficientes reglas de la realidad lógica y razonable, los científicos descubrieron también que no podían determinar con exactitud dónde aparecerían los electrones, ni cuándo saltarían. Lo mejor que pudieron hacer fue formular las probabilidades de la nueva situación del electrón (ecuación de ondas de Schródinger). "Dentro de ese mar de posibilidades, la realidad, tal y como la experimentamos, se crea constantemente de nuevo en cada momento", dice el doctor Satinover, y añade: "Pero el verdadero misterio consiste en que, en ese mar de posibilidades, lo que determina qué posibilidad es la que va a ocurrir no es nada que sea parte del universo físico. No hay un proceso que haga que suceda".

O como se dice muchas veces: los eventos cuánticos son los únicos eventos verdaderamente aleatorios en el universo.

Perplejidad 4: el Principio de Incertidumbre
En la física clásica, todos los atributos de un objeto, incluyendo su posición y su velocidad, se pueden medir con precisión con el único límite que imponga la tecnología. Ahora bien, en el nivel cuántico, cuando se mide una propiedad, como la velocidad, no se puede obtener una medición precisa de otras propiedades, como la posición. Si se sabe dónde está algo, no se puede saber a qué velocidad se mueve. Y si se sabe a qué velocidad se mueve, no se sabe dónde está.

El Principio de Incertidumbre (conocido también como Principio de Indeterminación) lúe formulado por Werner Heisenberg, uno de los pioneros de la física cuántica. Sostiene que no se puede conseguir una medición precisa de la velocidad y la posición, por mucho que se intente. Cuanto más se concentra uno en una de ambas magnitudes, más incierta se hace la medición de la otra.

Perplejidad 5: la no-localidad, EPR, el teorema de Bell y la interconexión cuántica
A Albert Einstein no le gustaba la física cuántica, por decirlo suavemente. Entre otras cosas, se refirió al carácter aleatorio que acabamos de describir con la infausta afirmación: "Dios no juega a los dados con el Universo". Y Niels Bohr le contestó: "¡Deje de decirle a Dios lo que tiene que hacer!".

En 1935, en un intento de frustrar la mecánica cuántica, Einstein, Pedolsky y Rosen (EPR) idearon y pusieron por escrito un experimento tratando de demostrar lo ridícula que era. Dedujeron hábilmente una de las consecuencias de la teoría cuántica que no fue apreciada en la época: te las arreglas para tener dos partículas creadas a la vez, lo que significa que estarán interconectadas o superpuestas. Entonces, las lanzas a lugares opuestos del universo; luego, haces algo a una de ellas para que cambie de estado y la otra partícula cambia al instante para adoptar el estado correspondiente. ¡Instantáneamente!

La idea era tan absurda que Einstein se refería a ella como "una acción fantasmagórica a distancia". Según la teoría de la relatividad, nada puede moverse a una velocidad mayor que la de la luz. ¡Pues eso era infinitamente más rápido! Además, la idea de que un electrón pudiera seguir la pista a otro que estaba en la otra punta del universo sencillamente transgredía cualquier juicio sensato sobre la realidad.

Después, en 1964, John Bell formuló una teoría que decía que sí, que, en efecto, la afirmación de EPR era correcta. Que eso es exactamente lo que ocurre; que la idea de que algo sea local, o exista en un lugar concreto, es incorrecta. Todo es no-local. Las partículas están íntimamente conectadas en un nivel que trasciende el tiempo y el espacio.
Max Planck


Esta idea se ha verificado una y otra vez en el laboratorio durante años, desde que Bell publicó su teorema. Intenta concentrarte en ella durante un minuto. En el mundo cuántico, el tiempo y el espacio (los rasgos básicos del mundo en que vivimos) se reemplazan por la idea de que todo se está en contacto con todo, todo el tiempo. No es de extrañar que Einstein pensara que semejante idea supondría un golpe mortal para la mecánica cuántica: no tiene sentido.

Sin embargo, parece ser que ese fenómeno es una ley factible del universo. De hecho, cuentan que Schródinger afirmaba que la interconexión no era uno de los aspectos interesantes de la teoría cuántica: era el aspecto. En 1975, el físico teórico Henry Stapp definió el Teorema de Bell como "el descubrimiento más profundo de la ciencia". Observa que dice ciencia y no meramente física.

La física cuántica y el misticismo
Probablemente ahora resulte más fácil ver por qué los terrenos de la física y del misticismo se rozan uno con otro. Las cosas están separadas pero están siempre en contacto (no-locales); los electrones se mueven de A a B pero nunca en medio de las dos; la materia parece ser (matemáticamente hablando) una función de onda distribuida y sólo se desintegra, o existe espacialmente, cuando se mide.

Muchos de los fundadores de la teoría cuántica tenían un interés enorme en temas espirituales. Niels Bohr utilizaba el símbolo ying/yang en su escudo de armas; David Bohm tenía largas discusiones con el sabio indio Krishnamurti; Erwin Schródinger daba conferencias sobre los upanishads.' (Los upanishads son textos sagrados del hinduismo relacionados con los vedas. N.del T.).

Las preguntas sobre qué causa la desintegración de la función ondular, o sobre si los eventos cuánticos son realmente aleatorios, permanecen aún sin respuesta en su mayoría. No obstante, aun cuando sea imperiosa la necesidad de elaborar un concepto verdaderamente unificado de la realidad que nos incluya forzosamente y que dé respuesta a los misterios cuánticos, el filósofo contemporáneo Ken Wilber, también nos insta a ser cautos:

El trabajo de estos científicos (Bohm, Pribram, Wheeler y todos los otros) es demasiado importante como para lastrarlo con especulaciones insensatas sobre el misticismo. Y el propio misticismo es demasiado profundo como para vincularlo con fases de la especulación científica. Dejemos que se valoren el uno al otro y dejemos que nunca cese el diálogo entre ellos y el intercambio mutuo de ideas...(Ken Wilber, El paradigma holográfico, Kairós, Barcelona, 1987).

Lo que yo pretendo al criticar ciertos aspectos del nuevo paradigma no es en absoluto impedir que haya interés en realizar más intentos, sino más bien hacer una llamada a la precisión y a la claridad en la presentación de estos temas, que son extraordinariamente complejos, al fin y al cabo.'

Conclusiones
¿Conclusiones? ¡Estás de broma! Por favor, si tienes conclusiones, huye con ellas. En caso contrario, bienvenido al mundo del pensamiento abstracto, un mundo polémico, excitante, desconcertante y revelador. Ciencia, misticismo, paradigmas, realidad. Mira lo que la humanidad ha investigado, descubierto y debatido.

Mira cómo la mente humana ha explorado este extraño mundo en el que parece que nos hemos descubierto a nosotros mismos.

Ésta es nuestra auténtica grandeza.