Hoy voy a escribir un breve artículo sobre la
autoestima relacionado con mi
libro titulado "La revolución colectiva" que ya está disponible en Amazon y en Bubok y sobre el cual podéis
encontrar aquí una entrada que habla del libro. El tema de la autoestima es realmente muy extenso, así que aquí sólo podré poner algunas ideas que sirvan de inspiración. Antes que nada, podéis
ver un vídeo que he hecho sobre la autoestima aquí.
Bueno... vamos allá con esos pequeños apuntes sobre la autoestima... :)
La autoestima es muy importante en la vida emocional de una persona.
Lo primero que hay que hacer es definir la autoestima que mucha gente confunde con otras cosas y luego veremos algunas estrategias para prevenir posibles
bajones en la autoestima de una persona.
|
No hay que compararse con los demás |
La autoestima
es el sentimiento de sentirse digno de amor. Es la aceptación de
nuestro valor como persona, un valor que es exactamente igual al de las demás personas y que nos otorgamos nosotros no los demás. Eso, la autoestima no es lo que los demás opinan de ti.
Independientemente de nuestros talentos y rasgos específicos todos tenemos
un mismo valor como personas, esto tiene que quedar muy claro porque es lo esencial,
todos valemos lo mismo, ni más ni menos. Incluso cuando muchas veces nos parece que vivimos en una sociedad muy competitiva que nos compara una y otra vez con modelos o patrones de personas.
Una de las definiciones que más me gustan sobre la autoestima es la siguiente: "La autoestima consiste en considerarse
igual en dignidad a cualquier otra persona generando así un sentimiento positivo y de aceptación por uno/a mismo/a independientemente de los talentos específicos de los que se disponga". Así que grábate esta afirmación porque en la medida que la tengas interiorizada te empezará a ayudar psicológicamente.
|
Cada persona tenemos un número determinado de talentos
que son independientes de nuestro valor |
La
autoestima negativa ocurre muchas veces como consecuencia de la influencia negativa de otras personas. De niños pueden hacernos sentirnos inferiores mediante la crítica constante por parte de nuestros padres. Si eres padre fomenta una autoestima positiva en tus hijos escuchándoles y no criticándoles negativamente. Cuando critiques hazlo sobre la conducta no sobre la persona.
Nunca insultes ni humilles y estarás creando una persona con equilibrio interno. La mejor ayuda es el amor.
El niño/a no tiene aún los recursos necesarios para defenderse y es mucho más vulnerable. Sin embargo, como adultos podemos
fomentar una autoestima positiva no sólo en nosotros si no en otras personas que nos rodean a veces de formas muy sencillas. Por ejemplo, escuchando, respetando, haciendo un favor a alguien, etcétera.
La autoaceptación es muy importante en el desarrollo de la autoestima y consiste en el
reconocimiento responsable, ecuánime y sereno de aquellos rasgos físicos y psíquicos que nos limitan y empobrecen. También por autoaceptación se entiende el hecho de aceptar que hay personas mejores que nosotros en un determinado rasgo o característica y que no por ello nos tenemos que sentir mal, ni inferiores, ni deprimirnos.
Muchas veces lo que falla no es la identificación de rasgos positivos, si no lo contrario, la persona no acepta un determinado rasgo que no le gusta, ya sea físico o psíquico. A partir de ahí se tiene que trabajar en dos direcciones:
|
Todos somos iguales |
a) Primero en
interiorizar el valor como persona que es igual a todas las demás personas. Ni superiores ni inferiores a nadie. Mucha gente se siente no sólo inferior a los que tienen más éxito o mejor físico, si no que se sienten superiores a personas más pobres, con menos educación, dinero o más edad. Esto se trabaja mediante la no idealización de los demás y el desarrollo de unos valores humanos y una serie de principios universales que estarán basados en
La declaración Universal de los derechos humanos.
El día en que consigas sentir de verdad que todos somos iguales. Entonces habrás dado un paso de gigante en el desarrollo de tu autoestima.
b)
Aceptar lo que no nos guste. Esto es lo que más suele costar a la gente ya que muchas personas se obsesionan con un defecto y dejan de ver todo lo demás. ¿Cómo aceptamos algo que no nos gusta? Vamos a intentar responder a esa pregunta entendiendo qué significa aceptar. Aceptar es dar lo mejor que uno tiene, en la situación que le ha tocado vivir, sin quejarse, y sin imaginar una situación idílica que no se tiene. Aceptar es jugar las cartas que tienes con lo que te ha tocado y de buena gana sin lamentaciones.
Lógicamente, esto puede llevar un tiempo y cierto trabajo personal. Piensa que aceptar no es negar lo que se es. Tampoco es criticarse excesivamente. Aceptar no significa decirse que una es maravillosa y que es lo mejor de lo mejor.
La aceptación es un sentimiento de identidad tranquilo y sin exageraciones. Como siempre, es un trabajo lento y artesanal. Poco a poco. Hasta que un día sientes que te aceptas y te sientes mucho más relajada y dispuesta.
La aprobación de los demás
Una de las
trampas de la autoestima es buscar la aprobación de los demás. Piensa que tu autoestima es el valor que tú tienes como persona y que en último término te lo otorgas tú. La autoestima no es el valor que te da la sociedad ni otras personas, ni los compañeros de trabajo, ni tu pareja, ni tu jefe, ni un determinado público. Pero aquí se dan por lo general dos situaciones:
a) La
valoración que haces de ti es superior en valor a la valoración que hacen los demás de ti.
b) La
valoración de los demás es superior a la valoración tuya.
En el segundo caso (b) estás perdido ya que dependes de los demás para valorarte y eso te hará por lo general infeliz e insegura. Temporalmente, si los demás te aceptan entonces te sentirás bien, pero en el momento en que las tornas cambien te sentirás infeliz y con autoestima negativa.
Si es tu caso, tienes que trabajar para pasar a la opción (a), es decir, lo que tú opines de ti tiene más valor que las opiniones de los demás. Para ello, además de lo que ya hemos visto, te aconsejo que trabajes lo que yo llamo "
los cimientos de la autoestima" primero y la "
defensa de la autoestima" después. Los cimientos suponen trabajar una serie de aspectos que son la base. Por ejemplo no buscar la aceptación de los demás es uno, otro es controlar los pensamientos destructivos acerca de uno mismo, otro es cambiar lo que sea posible cambiar, aceptar los defectos o bien trabajar el nivel físico, el cuerpo, ya que en la medida en que nos sentimos a gusto con nuestro cuerpo nos sentiremos mejor con relación a la autoestima.
La hipótesis de la agresión
Las personas que siendo niños o niñas han sido criticadas duramente o bien han sufrido humillaciones o abandono, es decir, siendo niños no han recibido amor de su entorno directo y han experimentado angustia, después de adultos pueden experimentar
diferentes desórdenes. Los más graves son aquellos que después proyectan sus propia frustración y angustia en los demás, llegando al extremo de ejercer la violencia sobre otras personas.
Por eso es tan importante fomentar una autoestima sana y positiva en los niños y hay que tener especial cuidado con las críticas y humillaciones. De hecho, por ejemplo, de la
biografía de Hitler se dice lo siguiente:
|
Hitler fue azotado por su padre
siendo un niño |
"
Hitler dijo que, de niño, era azotado a menudo por su padre. Años más tarde le dijo a su secretaria: «Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más cuando mi padre me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad de poner a prueba mi voluntad. Mi madre, asustada, se escondió en frente de la puerta. En cuanto a mí, conté silenciosamente los golpes del palo que azotaba mi trasero».
Ciertos
psicoanalistas, como por ejemplo
Arno Gruen, parten de la premisa de que la relación de Hitler con su padre estaba dominada por la violencia. Su madre en cambio lo habría "endiosado". Dado que sus tres hermanos mayores habían muerto poco antes del nacimiento de Adolf, su madre siempre habría temido perder también a su cuarto hijo. Esta relación tensionada habría tenido una influencia determinante sobre el desarrollo de la personalidad de Hitler: la madre no habría podido proteger al hijo de los castigos por parte del padre, más sin embargo lo habría endiosado, de manera compensadora, utilizándolo así en un juego de poder en contra de su padre. El niño habría experimentado a su madre como una persona débil y digna de desprecio, tal tomo la habría percibido su padre. Al mismo tiempo, el hijo habría deseado proteger a la madre en contra del padre. Esta situación habría precipitado al niño a determinados conflictos interiores, a los que solamente habría podido esquivar
alienándose de sí mismo y de sus necesidades. A causa de esta alienación se habría desarrollado una identidad muy débil. El vacío interior habría sido rellenado por fantasías violentas y poses superpuestas. Aparte de esta interpretación, numerosas obras psicológicas tratan de diversas
enfermedades psíquicas de Hitler".
Por último, no hay que olvidar que la autoestima es la antesala de la acción.
Una persona con una buena autoestima desarrolla confianza en sí misma y eso supone la suficiente dosis de seguridad y tranquilidad como para lanzarse a luchar por los objetivos que uno desea. En el contexto actual, con tantas dificultades, es más importante que nunca el tener una autoestima sana y fuerte.