Hay una calle con tu nombre pero no me acuerdo. Hay un lugar para estar tranquilo pero no lo encuentro. Hay mil caras que descubrir pero no tengo tiempo.
Hay una ciudad que arde. Hay un momento. Tal vez éste. Que me inpira y te siento. A veces toda esa velocidad no hace más que confundirme. No pares te dicen. Y el día que paras ves que el tiempo ha pasado y ese lugar de encuentro se escapa entre los dedos.
Y te acuerdas de esa guitarra. De ese acorde y ese otro que te ablanda el corazón. Y te hace vibrar como cuando aún tenías ilusión. Todos somos pasajeros de un tren que va pasando estaciones. Recuerdos que se decoloran. Multitud de canciones.
Ya no me acuerdo de lo que te quería decir. ¿O es que ya no lo siento? Entiendes el átomo pero no buscas dentro. Vuelve ese viejo acorde con fuerza y las perspectivas son tantas y tan amplias que aguantas la respiración y vives un instante.
No importa nada porque todo lo has vivido ya de nuevo.
Hay una ciudad que arde. Hay un momento. Tal vez éste. Que me inpira y te siento. A veces toda esa velocidad no hace más que confundirme. No pares te dicen. Y el día que paras ves que el tiempo ha pasado y ese lugar de encuentro se escapa entre los dedos.
Y te acuerdas de esa guitarra. De ese acorde y ese otro que te ablanda el corazón. Y te hace vibrar como cuando aún tenías ilusión. Todos somos pasajeros de un tren que va pasando estaciones. Recuerdos que se decoloran. Multitud de canciones.
Ya no me acuerdo de lo que te quería decir. ¿O es que ya no lo siento? Entiendes el átomo pero no buscas dentro. Vuelve ese viejo acorde con fuerza y las perspectivas son tantas y tan amplias que aguantas la respiración y vives un instante.
No importa nada porque todo lo has vivido ya de nuevo.
Qué delicia...
ResponderEliminar