viernes, 17 de junio de 2011

Yo soy #15M


Como parte del #15m me declaro una persona pacífica y condeno radicalmente todo tipo de violencia: la de los violentos infiltrados en nuestras manifestaciones, y la del Estado, que ha causado más dolor y heridos. Además, condeno la manipulación mediática que enfatiza la información sesgada, parcial o errónea con el propósito de demonizar a los ciudadanos.
Si me manifiesto en la calle es porque:
  • Mi participación como ciudadano se ha reducido a votar a listas cerradas cada cuatro años para ver cómo los representantes de los ciudadanos no respetan lo prometido en su programa.
  • Se hacen leyes a favor de grupos de interés en vez de hacerlas a favor del conjunto de la sociedad.
  • Se invierten recursos públicos para ayudar a minorías poderosas, y no a quienes están pasando situaciones desesperadas ocasionadas por la especulación financiera.
  • Los grandes partidos están más preocupados por mantener su poder que por ofrecer soluciones para superar esta crisis histórica.
  • Está a punto de firmarse un “Pacto del Euro” que consiste fundamentalmente en medidas para reducir la inversión pública en servicios esenciales.
  • Desde diferentes órganos del estado se ha insultado a los ciudadanos, e incluso se ha justificado el recurso a la violencia contra manifestantes pacíficos.

Como parte del #15m, acepto y respeto la diversidad ideológica del movimiento. Cuando participo en una manifestación no reclamo un régimen o una ideología en concreto, ni un modelo social no democrático, ni la eliminación de los partidos o los parlamentos. Lo que reclamo es una democracia mejor y más humana que, entre otras medidas, necesita urgentemente:
  • Cambios en la Ley Electoral para permitir una mejor y más directa representación de los ciudadanos en los parlamentos y una mayor participación ciudadana en las decisiones importantes.
  • Aprobación de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para obligar a la publicación en formatos adecuados y reutilizables de todos los gastos, decisiones y reuniones con grupos de presión por parte de funcionarios y cargos públicos.
  • Tolerancia cero a la corrupción de candidatos y cargos públicos, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.
  • Separación clara, real y efectiva de los poderes del estado.
  • Control fiscal efectivo de grandes fortunas y operaciones financieras; eliminación de privilegios fiscales a cargos electos.
  • Políticas encaminadas a solucionar de forma efectiva los problemas hipotecarios y de vivienda.
  • Servicios públicos de calidad, fundamentalmente salud, justicia y educación.
  • Eliminación de las leyes que permiten el control administrativo de Internet. La red ha demostrado ser esencial para la libertad de expresión y para responder al peligro de manipulación mediática.
Por todas estas razones volveré a salir pacíficamente a la calle las veces que haga falta. Esto no es una revolución de derechas ni de izquierdas. Es una revolución del sentido común.

El problema del ovejismo

La mayoría de nosotros estamos ovejizados. No creemos que nada se pueda cambiar. Y creemos eso porque hemos vivido una realidad en cierto sentido cómoda. Además, la mayoría de las cosas funcionan de forma globalizada desde muchos países y en un entorno internacional de más difícil acceso fruto de la globalización.

Un ejemplo son los paraísos fiscales. Es muy difícil cambiarlos desde un mismo país. Sin embargo, es posible empezar a reformar aspectos de esta realidad que no nos conviene a la gran mayoría de los ciudadanos.

Hay que presionar a los gobiernos. A los ayuntamientos. Cada uno en su nivel y a ser posible unir fuerzas. La unión hace la fuerza. El activismo político es eso. 

martes, 14 de junio de 2011

El pacto del euro y los salarios del pueblo

En este artículo breve voy a explicar algunas ideas sobre la política de ligar los salarios a la productividad y qué efectos puede generar.

Ligar salarios y competitividad: en principio esto no tendría que ser malo pero a mi entender presenta varios problemas y diferentes riesgos. A continuación se explican:

a) Muchos trabajos y su resultado son difíciles de cuantificar de forma individual y mucho más ligarlos a la productividad de la empresa. Por ejemplo… ¿cómo ligar a la productividad de la empresa el trabajo de un gerente? ¿y el de una secretaria? La sorpresa que tendríamos es que acabaríamos bajando el sueldo a casi todos los gerentes que en mi opinión son los responsables en muchos casos de que las empresas vayan mal. La mayoría de los trabajos que no son comerciales se resisten a que se pueda medir objetivamente si se ha hecho bien o mal o sin son productivos. La productividad pasa así a depender de una valoración, generalmente de un jefe, que suele ser subjetiva y muchas veces injusta.



Además en todas estas propuestas del Grupo Europeo me falta una definición: ¿qué es la productividad? ¿maquillar cuentas de resultados a corto plazo? ¿destrozar el medio ambiente? ¿generar beneficios atípicos? Creo que el modelo ya de entrada requiere de una revisión porque no funciona.

b) Muchas empresas pueden utilizar este sistema de ligar salarios y productividad y aprovecharlo para primero pasar parte del sueldo a variable y finalmente pagar menos salario al trabajador con la excusa de que la empresa no es competitiva. Esto es muy tentador para la mayoría de los empresarios que no van a tener ningún escrúpulo en hacerlo justificándose con que si no hacen eso tendrán que hacer un ERE que es peor. Al final el trabajador traga porque no le queda otro remedio.

c) Esta cuestión encierra otra pregunta: ¿Sólo cambiando los salarios vamos a mejorar la competitividad de una empresa? Se está lanzando un discurso a mi entender neoliberal de forma machacona en los últimos años que dice que la competitividad está muy ligada a los salarios. En España los salarios no han aumentado en los últimos años prácticamente nada porque se han ligado al IPC que son subidas muy suaves (¿quién lo nota?) y ha bajado el precio de la mano de obra a niveles paupérrimos, casi el 60% de los salarios son inferiores a 1.000 euros. No hablemos del desajuste tan grande que hay entre los salarios y el precio del coste de la vida en especial de la vivienda porque entonces ya es de risa.

Entonces, ¿por qué decir que la culpa es de los salarios? ¿no será otro el culpable? Es un poco infantil pensar que la competitividad de una empresa solo depende de los salarios. Depende de más cosas: La gestión de los que la dirigen, del tipo de producto que ofrece, de su calidad, de cómo es la competencia, de su precio, de la atención al cliente, de la eficacia en la gestión, de su posicionamiento en el mercado y un sinfín de variables, pero sobre todo, que el producto sea bueno, tenga buen precio y haya demanda en los mercados. Casi todo eso depende de cómo esté gestionada la empresa y no tanto de los salarios que tenga que pagar a los trabajadores. Alemania tiene sueldos muy altos y lo mismo EE.UU. y son grandes economías. Los países más pobres, con peores economías, son los que menos pagan.

d) Otra cuestión que no se aborda: ¿por qué no se ligan los salarios de los altos directivos a la competitividad? ¿por qué los salarios de bancos que han recibido dinero público siguen sin tocarse o incluso se aumentan? Los salarios de los directivos, sí, esos que con su gestión han llevado a las empresas a tan alto nivel de empleabilidad, no se plantea cambiarlos, especialmente los de las grandes corporaciones, muchas veces, responsables de las crisis.

e) ¿Por qué hay un empeño tan grande en bajar sueldos de la gente que tiene una aportación social mediante sus trabajos? Me refiero a médicos y profesores, las dos grandes bases de una sociedad: la salud y la educación. ¿por qué quieren privatizar estos servicios que son improductivos? ¿No sería más interesante que en lugar de estar gestionados a golpe de rating de standars & Poor midiéramos la rentabilidad social?

Bastaría una simple pregunta: ¿Usted qué hace por su comunidad? Sólo con comprobar eso, muchos personajes, entre ellos los que hacen de especuladores financieros no tendrían sentido.

La deuda pública

El pacto del Euro se ha generado para evitar que los países de la zona euro tengan que ser rescatados porque no puedan pagar a los inversores la deuda.

Pero hay que hacerse una simple pregunta: ¿Quién ha generado la deuda?

Respuesta: El Gobierno Central, los ayuntamientos, las comunidades autónomas y las diputaciones provinciales. Esos son los que han gastado más de lo que se tendría que gastar endeudándonos a todos y vendiéndonos a especuladores o inversores com se quieran llamar.

Luego... ¿Por qué no juzgar a los que han generado la deuda y pedirles uno a uno responsabilidades?

Respuesta: porque el sistema está organizado para que eso no ocurra. El entramado legal ha sido diseñado para que eso no sea ilegal y lo pueda hacer impunemente. Solo meten en la cárcel al que ya ha sido demasiado ambicioso y se ha puesto a robar a la luz del día sin tomar medidas de ningún tipo y si no... ¿por qué cuesta tanto meter en la cárcel a tantos políticos imputados?

¿No será que los jueces también están metidos en el sistema?


domingo, 5 de junio de 2011

El Pacto por el Euro


El objetivo del Pacto por el Euro consiste en que los distintos Bancos y Entidades Financieras que forman la moneda única se enriquezcan todavía más. Para ello asumen una serie de compromisos comunes. 

He aquí los puntos clave:

Fomento de la competitividad. Bajar los salarios. Nunca compartir las ganancias de la empresa con el trabajador. Reducir los costes salariales a mínimos humillantes.
Impulso al empleo. Otra vez bajar los salarios. Abaratar el despido. Disponer de contratos temporales y sin derechos. Fomentar el trabajador gratis. No permitir la competencia o que personas libres piensen cómo arreglar los problemas. Mantener el INEM aunque no haga nada. Pagar fortunas a gente que da patadas a un balón. Arruinar a las personas que hacen trabajos con valor social. 
Finanzas públicas. Dar todo el dinero a los bancos.
Estabilidad financiera. Liberar el mercado lo más posible para que los especuladores puedan ganar más. Permitir desviar todas las ganancias a los paraísos fiscales. Jugar a la bolsa. No dejar nada en la sociedad que ha generado la riqueza. Liberar de impuestos a las grandes fortunas. 
Control del déficit. Reducir el gasto en nimiedades. Gastar miles de millones de euros en obras faraónicas que facilitan el enriquecimiento de una minoría empresarial. 
- El Ejecutivo comunitario planteará el próximo 16 de marzo una propuesta legislativa para armonizar en toda la UE la base imponible del impuesto de sociedades. Ha quedado fuera del ámbito del pacto. Mientras tanto, las televisiones y los periódicos controlados por el Capital deben de informar a la ciudadanía de que ésta es la unica salida al problema de la crisis y de que la única solución posible es que el ciudadano se sacrifique y que regale parte de lo que gana a los bancos y a los empresarios. 
Es la única solución. No pensemos. Ya lo hacen los políticos por nosotros. 
La verdad es que es un plan genial. Yo me apunto. ¿Y tú?